¿Quiénes son los Santos Patronos?
Comencemos identificando quiénes son los dos patronos de la ciudad más hermosa del mundo. Pedro y Pablo fueron dos apóstoles que, durante el mismo período, dedicaron sus vidas a difundir el cristianismo en los países alrededor del mar Mediterráneo. Como veremos más adelante, fueron dos hombres con historias y caminos de fe completamente diferentes. A pesar de esto, ambos son considerados pilares y símbolos de la iglesia.
San Pedro
Su verdadero nombre era Simón, pero lo cambió a Pedro cuando decidió seguir a Jesús junto con su hermano Andrés. Tiene la primacía de ser el primero entre los discípulos en reconocer a Jesús como el Mesías e Hijo de Dios. Antes de que Jesús ascendiera al cielo el día de Pentecostés, el Mesías lo designó como su sucesor, con la tarea de guiar al rebaño de Dios. Pedro comenzó su labor de predicación, llegando a muchos de los países conocidos del continente antiguo. Su misión de convertir a las personas al cristianismo lo llevó a Roma, donde encontró su martirio por orden de Nerón. Como primer papa de la Iglesia, eligió ser crucificado boca abajo porque no se consideraba digno de morir como su Maestro. Enterrado en la colina del Vaticano, fue en este lugar simbólico para los católicos donde se construyó la Basílica de San Pedro, que aún alberga sus restos.
San Pablo
Al igual que Pedro, también tenía otro nombre antes de su conversión: Saulo de Tarso. A diferencia de Pedro, nunca conoció a Jesús, pero fue el primer teólogo del cristianismo. Antes de su conversión, Saulo de Tarso perseguía a los cristianos fervientemente, viéndolos como una secta peligrosa que debía ser erradicada, en oposición a la tradición judía de la cual él formaba parte. La leyenda dice que en el camino a Damasco, durante uno de sus viajes, fue golpeado por una luz cegadora y escuchó una voz que le decía: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?" Después de ese episodio, cambió su nombre a Pablo y comenzó a difundir la religión cristiana. Llegó a Roma como prisionero y fue decapitado durante las persecuciones ordenadas por Nerón; sus restos reposan en la Basílica de San Pablo Extramuros.
¿Por qué se celebra la Fiesta de Roma el 29 de junio?
La elección de esta fecha para conmemorar el martirio de estos dos santos, quienes contribuyeron enormemente a la difusión del cristianismo, tiene orígenes antiguos. La decisión de celebrarlos en el mismo día tiene dos motivaciones: una legendaria y otra histórica. La primera sugiere que Pedro y Pablo murieron el mismo día, el 29 de junio del año 67 d.C., durante las persecuciones ordenadas por Nerón. La segunda explicación se basa en que el 29 de junio, durante la era pagana, se celebraba a Rómulo y Remo, los fundadores de la ciudad. Al vincular esta celebración, los cristianos querían honrar a los dos apóstoles y el nacimiento de una nueva Roma bajo la Iglesia en la misma fecha.
Las Tradiciones del 29 de junio
Este día de celebraciones se ha repetido durante siglos. Hasta principios del siglo XX, el 29 de junio se marcaba con salidas tradicionales a las típicas tabernas de los Castelli Romani. Hoy en día, los romanos también disfrutan celebrar dentro de la ciudad. En la mañana del 29 de junio, el Papa presenta una banda de lana blanca (el llamado palio) a los obispos de la ciudad, y la estatua de San Pedro se adorna con un manto rojo. Por la noche, un espléndido espectáculo de fuegos artificiales ilumina los cielos de Roma.
En el sur de Roma, las celebraciones son especialmente sentidas, particularmente en el distrito de San Paolo, donde se encuentra la Basílica de San Pablo Extramuros y cerca de la Abadía de las Tres Fuentes, donde la leyenda dice que la cabeza decapitada de San Pablo rebotó tres veces, dando lugar a tres fuentes de las que comenzó a fluir agua.
Dos Santos Siempre Conectados
San Pedro y San Pablo no sólo están conectados por la misma fecha en la que se conmemoran cada año, sino también por la iconografía cristiana que los ha representado abrazándose antes de separarse para encontrarse con sus respectivos destinos. No sabemos si este evento realmente ocurrió, pero el gesto tiene un valor simbólico significativo, ya que une a dos figuras que simbolizan la difusión del cristianismo en el Mediterráneo, diferentes pero similares en su vocación. Cada uno aceptó el rol del otro: Pedro como el jefe de la Iglesia y Pablo como el primer teólogo del cristianismo.
Por todas las razones expuestas, la Fiesta de San Pedro y San Pablo es una de las celebraciones más significativas para los romanos, quienes fortalecen su vínculo con la ciudad y sus orígenes a través de ella. Cada año, el presente y el pasado se fusionan para recordar su identidad como cristianos romanos, bajo el signo del gran trabajo de difusión de la Palabra de Dios por parte de los dos mártires, ambos fallecidos en la ciudad eterna, futura cuna de la religión cristiana.